El circo (Hydra de Lerna)
He leído en la prensa que en la Comunidad Autónoma de Cataluña se pretende prohibir la presencia de animales en el circo. ¿La razón? Velar por su seguridad y bienestar.
Si un circo cumple con todos los requisitos, permisos, supera las inspecciones, etc. ¿existe la posibilidad de que se produzca maltrato animal? ¿Qué aspectos de bienestar animal cubre nuestra legislación? La modificación de la ley de protección animal tiene como objetivo mostrar un avance en la ética social, pero ¿es este un acto hipócrita, cuya última finalidad es derivar la atención del ciudadano para que no se ponga el acento en otros sectores donde sí existe un verdadero desprecio por su bienestar? Hay sectores donde el maltrato animal es innegable pero tiene una mayor presencia popular y, por ende, mayor presencia política.
En el año 2010, la Generalitat Catalana galardonó con el Premio Nacional de Cultura y con el Premio Ciutat de Barcelona, a “Le sort du dedans”, un espectáculo circense-teatral contemporáneo en el que participaban caballos. ¿No es esto irónico a la par que hipócrita? Sobre todo porque el proyecto de ley sobre la prohibición ya estaba sobre la mesa…
¿Debemos entender que “Arte” influye sobre lo que se entiende como “Bienestar”?
Puede ser que la diferencia radique en el tipo de animal que se utilice para el espectáculo. ¿El malestar de una cabra en el circo es comparable con el de un tigre?
ORIGEN DEL CIRCO
El circo es uno de los espectáculos más antiguos del mundo. El circo es la unión de muchas disciplinas: danza, música, oratoria, comicidad, drama…
A lo largo del tiempo, el circo ha mantenido su forma circular y la interacción con el público. Sus raíces las encontramos en el occidente de 3500 años AC, cuando los egipcios dejaron, en las paredes de Beni-Hassan, pinturas que representaban a sus malabaristas.
La palabra “circo” proviene del griego “kirkos”, que significa “círculo”. El Estadio Olímpico griego y el Circus Maximus romano, marcaron la historia del arte circense con sus actuaciones: cuadrigas, carreras a caballo, domadores, luchadores, atletas. El arte de la improvisación llegaría de la mano de los trashumantes: trovadores, recitadores, flautistas, etc.
Philip Astley, caballista y acróbata, fue el primero en concebir un espectáculo de pista. Británico de nacimiento, en 1774 se estableció en París, y en 1782 fundó, con su hijo, el “Amphitèâtre Anglois Astley”. También fundó una compañía de equilibristas y acróbatas.
Huges, que había sido alumno suyo, creó su propia compañía y, por primera vez, se utilizó el nombre de “circo” para presentar su espectáculo.
DE LA LEGISLACIÓN
No he podido encontrar ley alguna que recoja las condiciones de bienestar de los animales de circo. Incluso he preguntado a un prestigioso abogado sobre el tema. “No hay nada legislado” me dijo. Sin embargo sí está legislada la importación, comercio y movimientos entre estados miembros. Me habló de la Convención sobre CITES (Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora), y que fue creado en 1963 por la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Este convenio que fue implantado en 1975, consiste en un acuerdo entre los gobiernos del mundo que intentan salvaguardar la flora y la fauna para que no se vea amenazada por causa del comercio internacional. Y aquí he de hablar de los snobs. Esa “raza” de gente que, con total desprecio, adquieren animales y/o plantas, por “seguir” la moda, para después desprenderse de ellos, poniendo no solo en riesgo a los propios animales, sino también el hábitat natural de la zona.
DE LAS LEYES
“No podrá realizarse el transporte de animales si éstos no se hallan en condiciones de realizar el trayecto previsto y si no se han adoptado las disposiciones oportunas para su cuidado durante el mismo y a la llegada al lugar de destino. Los animales enfermos o heridos no se considerarán aptos para el transporte”.
“Cuando deba interrumpirse el transporte de animales durante más de dos horas, deberán adoptarse las disposiciones necesarias para el cuidado de los mismos y, en caso necesario, para su descarga y alojamiento”.
El Código Penal, en su artículo 337, establece que:
“El que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente a un animal doméstico o amansado causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud, será castigado con la pena de tres meses a un año de prisión e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales”.
EL CIRCO EN LA CIUDAD
Se oyen voces anunciando la llegada del Gran Circo. Un vehículo con carteles pegados en sus puertas y un gran megáfono lanzando su música circense, nos anuncia que ya están preparando el gran espectáculo. Unas enormes carpas se levantan en las afueras de la ciudad. Garantizan una experiencia mágica.
Mis ojos de niña ya no podían abrirse más. Estaba emocionada ante semejante desfile de personas con uniformes de colores brillantes. El olor de las palomitas de maíz. Los palos de algodón de azúcar…
Por fin, el maestro de ceremonias anuncia el comienzo del espectáculo. Ante nosotros desfilan todos los que van a participar. Payasos, acróbatas, danzarinas, magos… perros, serpientes, loros, caballos, cebras y… ¡las fieras salvajes! Se oye un clamor al contemplar a los hermosos tigres. O los feroces leones. O los mansos elefantes. O los enormes osos… Y yo, con mi inocencia, me aferro al brazo de mi padre, temerosa de esos enormes animales que mostraban sus blancos colmillos y sus afiladas garras.
El mago encierra a una chica guapísima en una caja de vidrio y la cubre con una tela negra. Al levantar la tela… ¡la chica ha desaparecido! En su lugar, un hermoso tigre que no puede moverse en el pequeño habitáculo, gime. Sí, gime. Mira a su pérfido captor. Y yo también. Sin poder evitarlo, grito desesperada pidiendo que lo suelten porque no “cabe”. Mi padre me miró entre abrumado y orgulloso, creo.
Le llega el turno a los elefantes. Iban disfrazados con unas ridículas capas y tobilleras de colores vivos. Su domador les hace subir a unas tarimas muy pequeñas. Levantan su patas delanteras hasta quedar sostenidos por sus cuartos traseros. Levantan sus trompas mientras las chicas saludan desde sus espaldas, a un público entregado.
Aplaudo con tristeza.
Luego llegan los acróbatas. Me sentí entusiasmada. ¡Era un espectáculo tan increíble! ¡Esas volteretas en el aire… ese saltar de mano en mano… ese doble salto mortal! Estaba absolutamente impactada.
Luego llega el número del domador. Le sigue el de los caballos y el de los perros…
RAZONAMIENTO
Me planteo cómo surge la aparición de los animales en el circo. La razón por la que son utilizados. Tal vez se debe a la pérdida de interés que sufrimos las personas cuando lo que es “nuevo” perdura demasiado tiempo y se convierte en algo cotidiano. El afán lucrativo. Las rivalidades. El deseo morboso del espectador por ver a un ser humano enfrentarse a la fiera salvaje.
Es inevitable plantearse si hay que diferenciar, a la hora de juzgar el uso de animales en los circos, entre los exóticos y los domésticos.
La clave está en la educación. Educar en el respeto hacia los animales. Ver el circo como un espectáculo donde el animal pueda coexistir con el hombre. Porque mientras el hombre escoge libremente, el animal no.
No quiero que desaparezca el circo con animales. Pero quiero que el circo con animales sea un ejemplo para todos.
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