Que viene el lobo
Hemos decidido rescatar un reportaje que teníamos guardado en el fondo de nuestro archivo, porque el tema vuelve a estar de actualidad. Hace algunos días, podíamos leer en las noticias que un grupo de cazadores había abatido a un lobo en Asturias. Lo llamativo no es que se mate a un lobo, ya que mueren cada año, sólo en Asturias, unos 30 lobos a manos del hombre (y la mayoría de ellos con el consentimiento del plan regional de gestión). Lo llamativo de la noticia es, en cambio, que ese lobo -ése concretamente- estaba siendo estudiado desde hacía un año por un grupo de científicos. En el estudio, pagado por los contribuyentes, se había invertido -según las cifras que citaba La Nueva España- más de medio millón de euros.
Hoy se publicaban unas declaraciones de la Consejera de Agroganadería. Se compromete a urgir el pago de las indemnizaciones a ganaderos. Según los datos recabados, unas 3.500 reses sufren cada año ataques de lobo. Y las indemnizaciones a los ganaderos rondan el millón de euros anual. Así que -al menos en Asturias- no se trata de un problema menor.
En nuestro reportaje recogemos las quejas de los ganaderos, quienes encuentran serias dificultades para probar la muerte de sus reses. Y también incluimos la visión de los ecologistas, que entienden la gravedad de los perjuicios que el lobo causa a los ganaderos, pero que insisten en la importancia de preservar esta especie.
La raíz del problema, según dicen los ecologistas, está en una normativa europea que obliga a retirar las carroñas de los montes. Los lobos, en el pasado, se alimentaban de ellas y no tenían necesidad de buscar comida entre el ganado, en la linde de los pueblos. Ahora no les queda más remedio.
Lobos de medio millón de euros abatidos por negligencia; normativas que dejan limpio el monte, pero que matan a 3500 reses al año; planes de protección medioambiental que regulan cacerías en Parques Naturales; ganaderos que demuestran con su Iphone que los lobos han matado a sus cabras… Mundo complejo. Sociedad plural.