Cosechar o morir

Hoy hablamos de un documental, ya clásico, que merece ser rescatado: «Los espigadores y la espigadora», dirigido por Agnès Varda.

En la aldea global que habitamos, se desperdicia de todo, especialmente, alimentos. Y no siempre por encontrarse en malas condiciones. De hecho, casi nunca por encontrarse en malas condiciones.

Agnès Varda busca, cámara en mano, de manera casi ingenua, la esencia de la supervivencia. Hombre, hambre y comida. Se busca a sí misma -su función- en los vertederos, en los desechos de una sociedad que no solo malgasta alimentos, sino que tampoco quiere a los ancianos, a los impedidos y -en general- a quienes no pueden producir. Varda nos critica a todos por derrochar, por despreciarnos, pero empieza por sí misma, en un ejercicio de recolección de imágenes, palabras y hechos, que no es sino una re-escritura del mundo despojado de artificio.

Un biólogo que rescata lo sobrante de los mercadillos. Un alcohólico. Un juez que cosecha en campo ajeno. Un misántropo. Una familia de inmigrantes españoles, un artista… Los perfiles de sus entrevistados son tan variados que parecen reflejar la inmensa complejidad del mundo. Pero el entrevistado de honor, para Varda, es ella misma: ella y su lucha por conseguir respuestas sobre su posición en el mundo, sobre su actitud frente a él, sobre su miedo a la muerte, sobre la libertad, sobre el juego… Un interrogatorio en tercer grado, del que no sale completamente ilesa.

«Los espigadores y la espigadora» reúne todos los ingredientes que hacen de un documental una pieza sabrosa: novedad, documentación, originalidad, pluralidad, libertad, sencillez y cordura. Se estrenó allá por el año 2000 y sigue con la misma vigencia -o mayor- que entonces. Hoy está disponible en Youtube. Afortunadamente.

Ficha técnica