Todo el mundo adora a los bebés. Son graciosos, juguetones, torpones y muy tiernos. Son traviesos y curiosos. Pendencieros y aguerridos. Son frágiles, vulnerables… Pero, sobre todo, son nuevos, frescos, a estrenar.
«Babies» es esa clase de documental que, cuando uno lo ve, piensa: «¿por qué no se me habrá ocurrido a mí hacerlo?». Está abocado al éxito desde su origen, no sólo de taquilla, sino de crítica y público. Y su atractivo radica en su extrema sencillez: seguir a cuatro recién nacidos, de distintos lugares del planeta, durante su primer año de vida.
Dirigido y grabado en su gran mayoría por el francés Thomas Balmès, «Babies» se estrenó hace pocos meses en España. La idea que lo originó es en realidad de su productor, Alain Chabat, que llevaba más de diez años pensando en el proyecto.
Las localizaciones elegidas para grabar son lo más contrastado posible: Namibia, Japón, Mongolia y California. Porque, con el pretexto de los bebés, el documental en realidad aborda los grandes temas, los que de verdad tienen interés. Genética frente a cultura. Desigualdad social. Revisión de supuestos. Conflictos, coaliciones. Aprendizaje. Y juego.
Es, en palabras de su productor, «la más grande pequeña historia de todos los tiempos».
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