El cuarto mandamiento Bushido (Hydra de Lerna)

Shinzo Abe (1954), ministro japonés, hizo unas polémicas declaraciones a la prensa donde instaba a los ancianos a morir por ser una carga económica para el país del sol naciente.

Bueno, luego aclaró sus palabras y las suavizó, pero ya estaban grabadas a fuego en la mente de todos.

Intento entender la razón de estas declaraciones porque no quiero limitarme a poner verde a este señor. Si he de hacerlo, lo haré. Pero teniendo en cuenta que es japonés, cuya cultura nos es tan enigmática como desconocida, prefiero investigar un poco… Empezando por su esposa.

Akie Abe (1962), hija de una rica familia, se educó en un colegio católico. Lo cual no deja de sorprender. Es propietaria de un conocido bar de Tokio. Después de casada con Shinzo Abe, trabajó como disc-jokey en una emisora de radio. Conocida por sus «memorables» juergas, fue pillada por la prensa con un candidato opositor. Se ganó la antipatía de los nipones al rendir tributo a los muertos que produjo el ataque japonés a Pearl Harbour. Sus palabras para excusarse fueron: «No quiero interferir en el trabajo de mi esposo, pero quiero dejar claro a los oponentes que existe otra forma de pensar».

¿Cómo se siente un católico en un país donde se practican religiones tan diferentes? Imagino que, al principio, desconcierto. Luego, defensor a ultranza de su religión para, posteriormente, pasarle lo mismo que a la gran mayoría de los católicos, vivir al margen de las enseñanzas por pura rebeldía.

Su marido, Shinzo Abe, estudió parte de su carrera política en Estados Unidos. Eso ya empieza a darnos pistas de la razón de su actitud.

«SHINTO»

Es una de las religiones más practicada por los nipones. Esta religión está basada, fundamentalmente, en cuatro afirmaciones: tradición y familia, amor a la naturaleza, purificación y celebración de las fiestas.

Todas las religiones tienen sus libros sagrados, menos ésta.

«GIRI»

En Japón, las ideas de «deber», «honor» y «obligación», definen claramente su cultura frente a la cultura individualista occidental. Por eso utilizan una sola palabra que las agrupa: GIRI. El bien común frente al bien individual.

«AOKIGAHARA»

También conocido como «Mar de Árboles», es un bosque situado en el monte Fuji. Según la mitología japonesa, es un bosque lleno de demonios. De hecho, hay poemas con más de 1000 años que hablan del bosque como «el bosque maldito».

Perderse en este bosque es muy fácil por su frondosidad. Hay habilitados caminos para los turistas y se les recomienda no apartarse del camino. Hay carteles para los suicidas con el siguiente mensaje:

«Tu vida es valiosa y te ha sido otorgada por tus padres. Por favor, piensa en ellos, en tus hermanos e hijos. Por favor, busca ayuda y no atravieses este lugar solo».

Este bosque os sonará porque ya hay una película de terror basada en su historia: «El bosque de los suicidios».

El Golden Gate de San Francisco también es un lugar emblemático para suicidas, como también lo es el puente sobre el Yangtze de Nanjing, en China.

«UBASUTE» «OYASUTE»

Significan, literal y respectivamente, «abandono de una anciana» y «abandono de un padre o un familiar».

En el Japón antiguo existía, supuestamente, la costumbre de abandonar a un pariente enfermo o anciano en algún lugar remoto. Las personas abandonadas se dejaban morir para dejar de ser una carga.

Shichiro Fukazawa se inspiró en esta leyenda para escribir su aclamada novela «La balada del Narayama».

«BUSHIDŌ»

Significa «El Camino del guerrero». Es un código ético muy estricto, que exige lealtad y honor a todos los que deciden abrazarlo. Es el código por el que se guían los SAMURAI.

La palabra BUSHI significa «caballero armado». Según he leído, los verdaderos guerreros no eran llamados Samurai, se llamaban «BUSHI», un término mucho más digno para ellos.

El BUSHIDŌ es mucho más que un código ético, es una forma de vida. No es solamente una lista de reglas a seguir, es un conjunto de principios que preparan, tanto a hombres como a mujeres, a luchar sin perder humanidad. A dirigir y liderar sin perder los valores básicos.

Estos nobles guerreros practicaban el «SEPPUKU» o «suicidio ritual». Esta era una práctica por la que «el guerrero podía expiar sus crímenes, excusarse de sus errores, escapar al deshonor, rescatar a sus amigos o probar su sinceridad», según cuenta Inazo Nitobe en su libro «El Camino del guerrero». También dice que era como «la purificación del acto de despedirse de la vida».

Son siete los mandamientos del BUSHIDŌ:

– GI-Justicia

– YU – Coraje

– JIN -Benevolencia

– REI -Respeto

– MAKOTO -Honestidad

– MEIYO -Honor

– CHUUGI -Lealtad

«Una vez el guerrero está preparado para el hecho de morir, vive su vida sin la preocupación de morir, y esconde sus acciones basado en un principio, no en el miedo».

«KEIRŌ NO HI»

Es el día en el que Japón rinde pleitesía a sus mayores. Es un día de celebración. En el país del Sol Naciente, se venera y respeta a los ancianos. Son los que tienen mayor experiencia y han contribuido a la construcción de su sociedad. Es el día en que los jóvenes preparan comidas y fiesta para ellos, les muestran su respeto y agradecimiento.

SHINZO ABE

Historia, leyendas o mitos, todo forma parte del ADN de los nipones. Tal vez, en el Japón moderno, ya no existan esos «guerreros», porque los tiempos han cambiado. Pero la gran mayoría sigue aplicando esos mandamientos en su vida. Los que ahora son ancianos en Japón, siguen creyendo firmemente que el bien común está por encima del individual. Y así viven, aplicando normas de las que otros se aprovechan.

Ahora, después de haber leído mucho sobre su cultura, sí me siento preparada para opinar sobre sus palabras.

Ahora sí puedo decir que es usted soberbio y prepotente, señor Abe. Egoísta, hipócrita, desleal, ha utilizado los principios de sus mayores para deshacerse de ellos. En vez de buscar soluciones, busca atajos. Miente y utiliza ese tan arraigado «bien común» para no tener que cumplir con su deber. Es usted, verdaderamente, y tanto desde mi cultura como de la suya, despreciable. Ha cogido lo peor de su cultura y lo peor de la cultura occidental. Usted ya no merece mi respeto, ni como político ni como persona. Carece de todos y cada uno de los mandamientos del BUSHIDŌ. Su dignidad la perdió el día que despreció El Camino de sus antecesores.

«Si preparando correctamente el corazón cada mañana y noche, uno es capaz de vivir como si su cuerpo ya estuviera muerto, gana libertad en El Camino. Su vida entera estará sin culpa, y tendrá éxito en su llamado»

 

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