Siempre me ha apasionado el cine, también me apasiona Italia y entre los muchos atractivos de este país, está Roma. La ciudad eterna, la ciudad cargada de historia y de grandeza, la ciudad monumental por excelencia, quizá una de las ciudades más filmadas de todos los tiempos. Tras la Segunda Guerra Mundial, tuvo una posguerra muy dura, la miseria y el pesimismo se adueñaban de los romanos y del resto de los italianos. Pero a partir de los años 50 y sobre todo en los años 60, el boom económico hizo que la ciudad de Roma se convirtiera en un gran foco de atracción. Los sueños se convirtieron en realidad y engendraron un mundo de esperanza en el pueblo italiano. Fue la llamada Era de Oro del cine italiano, con la creación de los Estudios Cinecittà (http://www.cinecitta.it/ o http://www.cinecittastudios.it/ ). La ciudad se convirtió en un foco de atracción para los cineastas norteamericanos, y como consecuencia de ello llegaron, como si de una legión se tratara, los actores y actrices norteamericanos y de otros lugares. Audrey Hepburn, Ava Gardner, Anita Ekberg, Raquel Welch, Brigitte Bardot, Sofía Loren, Claudia Cardinale, Charles Chaplin, Kirk Douglas, Gregory Peck, Gary Cooper, Rock Hudson, Richard Burton, Alain Delon, Marcello Mastroianni…, alegraban los ojos de los romanos y las romanas, llenándolos de esperanza, eran los nuevos mitos del siglo XX.
La vida era alegre, desenfadada, festiva, eufórica; el glamour, la belleza, el lujo, se adueñaban de Roma. También los grandes de la cultura acudían a la llamada, Hemingway, Dalí. La ciudad se llenaba de gente, al igual que Venecia con su encanto y su Festival cinematográfico. Roma se convirtió en un gran escenario de cine, se abandonaba la época del neorrealismo para instalarse en el “dolce far niente”. Por eso el empleo de fotógrafo del “cuore” se hizo imprescindible para captar y robar las instantáneas, que a la gente de a pie les hacía soñar, en un mundo difícil para la mayoría de la humanidad.
Tan grande fue la época que tiene reflejo en una obra maestra del cine como es «La Dolce Vita», una obra que creó un estilo de vida (filme rodado por Federico Fellini en 1960, protagonizado por Marcello Mastroianni, Anita Ekberg, y Paparazzo).
Este filme dio origen a los paparazzi, plural de paparazzo; aquellos que crearon un nuevo lenguaje fotográfico. Reporteros gráficos que fueron testigos a través del objetivo de la vida nocturna que transcurría en la Vía Veneto, sus estridencias, un gran escenario cinematográfico. Las fotos de Tazio Sechiarolli, (precisamente fue el fotógrafo que inspiró el personaje del paparazzo en «La Dolce Vita»), Marcello Geppetti y Arturo Zavattini, junto con proyecciones y algunos objetos, como el traje saco del modisto Balenciaga que inspiró a Fellini para realizar su película, se muestran en Madrid, en La Sala Canal de Isabel II. La muestra se prolongará hasta el 6 de enero de 2013. Recomendada para los amantes del cine.
2 comentarios
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Maravillosa descripción con todos los colores y aromas. Felicidades
Qué bonito habría sido poder conocer Roma en esos años…