¿Quién es Andrea Camilleri? Un siciliano, fumador empedernido, guionista, director teatral y televisivo y sobre todo un novelista de éxito. Militante comunista, comenzó a escribir en los años setenta sin mucho éxito. En los ochenta publicó una serie de novelas ambientadas en la ciudad imaginaria de Vigáta. En los noventa reinició la escritura después de un parón. Precisamente en 1994 publicó la primera novela –La sombra del agua- protagonizada por el Comisario Montalbano. Esta serie de novelas le catapultó al éxito. Su personaje es un héroe nacional que ha protagonizado hasta una serie de televisión, precisamente ahora se emite por la 2 de TVE, a las 21,30 horas del sábado –recomendable-.
El comisario Montalbano recibe su nombre como homenaje a otro gran escritor de novela policíaca, el catalán Manuel Vázquez Montalbán, conocido por ser el creador de otro gran investigador, Pepe Carvalho; aficionado a la gastronomía y a la literatura como Montalbano.
El lugar donde se desarrollan las historias, Vigáta, en la provincia de Montelusa, es en realidad Porto Empedocle y Agrigento respectivamente. El comisario además tiene múltiples colaboradores, Augello, Facio, Gallo, Catarella (que tiene graves problemas con el lenguaje), Galuzzo…
Montalbano es un excelente policía, con un celo profesional fuera de toda duda, aunque no duda en saltarse la ley para resolver complicados casos, es un gran lector y amante de lo culinario y un enamorado de su tierra siciliana.
Es irónico, los casos con los que se enfrenta son una representación de lo más sórdido de esta Europa en la que vivimos actualmente. Lucha contra la injusticia; su concepto de la justicia es profundo, va más allá de lo que dictan las leyes, y la sociedad. Su deber como ser humano es hacer lo mejor posible su trabajo como policía. No es un cruzado moderno, solo piensa en defender a los débiles y los necesitados, en esta sociedad hostil.
Su adaptación para televisión, dirigida por Alberto Sironi, está protagonizada por un excelente Luca Zingaretti (Salvo Montalbano). La ambientación es fantástica, pero quizás la acción sea algo lenta. Sin embargo, escuchar los diálogos en siciliano, plagado de palabras de origen catalán y español, es muy interesante.
Sin ser una excelente serie, es enormemente creíble, representa al antihéroe, que resuelve casos a base de sentido común, sin ningún tipo de herramienta tecnológica. Su claridad en las tramas le confiere una vitalidad y una belleza verosímiles; es una referencia a la vida.
La Sicilia que aparece es luminosa, de una grandilocuencia arquitectónica venida a menos, decadente, en ella el tiempo está ausente, parece no pasar, es lento; el silencio lo invade todo, las calles, los interiores, la propia comisaría. El ambiente rural cobra una especial importancia, al igual que el mar azul, dándole un tono costumbrista propio de la serie; una belleza salvaje. Sin olvidar que se debe ver en italiano, o debería decir en siciliano, para apreciar la humanidad, el humor y el carisma con el que se desenvuelven los personajes; en medio del silencio u «omertá», la Cosa nostra, la venganza, el miedo, la corrupción, la verdadera actualidad.
Las novelas de Camilleri son vitales y crueles, son hermosas, son intensas, y difieren en parte con respecto a la serie. Soy consciente de que el género policíaco, o «novela negra», es un género literario menor, según algunos, pero las novelas de este hombre me han enganchado.
Montalbano es como Maigret, no toma notas; es un método poco convencional, es más, en las últimas novelas ha perdido memoria (hay que recordar que el comisario es mayor en las novelas, mientras en la serie es bastante más joven). El personaje en su esencia es hijo del mayo del 68. Uno de los relatos del libro
«Un mes con Montalbano«, lo retrata como protagonista de los disturbios callejeros de su época universitaria, una experiencia que lo convertirá en crítico contumaz de la burocracia, la prepotencia de los políticos, de los policías corruptos o malos profesionales, de los periodistas sensacionalistas, de las injusticias sociales…
Las novelas de Camilleri son verdaderas crónicas de la vida siciliana, la comida, las casas, la gente y su lengua, las costumbres, sus relaciones…
Las novelas de Camilleri repasan sus gustos literarios, Sciascia, Pavese, Borges, Kafka, Leopardi, Pirandello, Dürrenmatt…
A pesar de su relación con Pepe Carvalho, está lejos de sus excesos. Está más cerca de Maigret, pero el belga no comía, no se bañaba, no iba con mujeres, no bebía, era un calvinista redomado.
¡Viva la novela negra! Vivan todos los escritores que se dedican o han dedicado a ella, Arthur Conan Doyle, Dashiell Hammett, Raymond Chandler, Agatha Christie, Patricia Highsmith, Georges Simenon, Manuel Vázquez Montalbán, Leonardo Sciascia, Andrea Camilleri, Petros Márkaris, Assa Larsson y tantos otros.
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