Wikileaks detiene su actividad

Wikileaks se ha visto obligada a detener la publicación de nuevos contenidos debido al bloqueo financiero a que está siendo sometida. Desde diciembre de 2010, VISA, Mastercard y Paypal se niegan a prestar servicio a esta plataforma especializada en desvelar información secreta. Según su editor, Julian Assange, Wikileaks ha dejado de ingresar en este periodo el 95 por ciento de las donaciones (unos 50 millones de euros) que habría recibido si estas corporaciones le hubieran prestado servicio.

El Derecho a la Libertad de Información está recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos (Artículo 19) y tiene dos vertientes, la activa y la pasiva, es decir, todos los humanos tienen derecho tanto a informar como a ser informados. Las Democracias occidentales incorporan en su legislación el principio de acceso de los ciudadanos a los archivos y registros de la Administración, salvo si este acceso vulnera la seguridad del Estado (como en el caso de los planes de Defensa), la averiguación de delitos (el denominado «Secreto de Sumario», mientras un tribunal está instruyendo un caso), o la intimidad de las personas (Constitución Española. Artículo 105 b). El resto de los documentos de la Administración son públicos y por tanto, de libre acceso para cualquiera que los solicite.

Wikileaks ha vulnerado en algunas ocasiones estos límites, publicando informes de Defensa, así como información de entidades privadas -bancos o empresas- pero en general se ha dedicado a divulgar información que por ley debería estar a disposición pública.

Desde diversos ámbitos se ha intentado detener la actividad de la plataforma, pero sin éxito hasta la fecha. Parece que, al final, la asfixia financiera es el arma más poderosa contra la que se enfrenta Assange. No obstante, Wikileaks ha demandado a VISA y a Mastercard por violar las leyes antimonopolio de la Unión Europea -cuya resolución se espera para mediados de noviembre- y está ensayando vías alternativas de financiación. Por lo pronto, ha lanzado una campaña global («Wikileaks need you«) y ha puesto en marcha un dispositivo que burla el bloqueo financiero.

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