Vivir de la luz

¿Es posible vivir sin comer ni beber nada? Recientemente se ha estrenado en España «Vivir de la luz», el primer documental para la gran pantalla del director austriaco P. A. Straubinger, en el que se pone en cuestión la doctrina denominada «Respiracionismo», que consiste en practicar un ayuno extremo y alimentarse, según sus seguidores, exclusivamente de la luz y, más concretamente, de la «energía sutil», o «Prana».

Straubinger ha investigado el asunto durante diez años, desde que viera un documental sobre Nicholas de Flüe, un místico del siglo XV que supuestamente se alimentaba de esta «Luz Divina». Para el rodaje del documental, el director viaja a través de distintos países en busca de seguidores de esta doctrina, considerada como «secta» por algunas naciones, e intenta descubrir qué hay de verdad en todo ello. A tal fin, somete la cuestión a estudios científicos, cuyos resultados hablan de los límites de la Ciencia, puesto que no encuentran evidencia alguna de engaño.

 

 

Zeitgeist

Ayer se cumplían diez años desde que el World Trade Center de Nueva York fuera arrasado por las explosiones del «11-S». Todas las cadenas de televisión emitieron reportajes especiales sobre el asunto, como era de esperar, pero ninguna -que nosotros sepamos- hizo mención al documental «Zeitgeist», que aborda el tema desde una perspectiva, cuando menos, llamativa. Se trata de una película dirigida en el año 2007 por Peter Joseph (seudónimo), un cineasta y activista social estadounidense que se ha granjeado las peores críticas y acusaciones desde infinidad de foros.

«Zeitgeist», en uno de sus capítulos -«Todo el mundo es un escenario»-, acusa directamente al Gobierno de Estados Unidos de haber cometido los atentados del 11-S. No es que el Gobierno no reaccionara a tiempo, o que no activara los mecanismos de prevención adecuados, sino que, según Joseph, colocó bombas en el subsuelo de las Torres Gemelas, serró las columnas y orquestó la colisión de los aviones.

La hipótesis parece descabellada. Por muy rentable que haya resultado el 11-S para la Administración estadounidense -en términos de economía y política internacional-, cualquiera en su sano juicio negaría lavinculación con los atentados. Es impensable que un Gobierno demócrata asesine a miles de sus ciudadanos con el fin de invadir uno o varios países.

No obstante, el discurso de Zeitgeist hace que la explicación oficial se tambalee. Las declaraciones de testigos presenciales corroboran explosiones sucesivas en los edificios, independientes de las de los aviones. Los arquitectos que diseñaron las Torres aseguran que éstas habrían soportado la colisión, no de uno, sino de ocho aviones antes de derrumbarse. Expertos en demoliciones muestran columnas serradas en el lugar de los hechos y explican que la caída de los edificios corresponde exactamente a una demolición controlada. Un profesor de Física encontró restos de un explosivo denominado «Termita» entre los escombros. Antiguos miembros del FBI, bomberos, trabajadores de las empresas alojadas y un sinfín de entrevistados convierten la hipótesis en verosímil.

Hay que ser muy cauto en estos casos. La total adhesión a una u otra explicación puede convertirse en una forma de fundamentalismo. Los documentales se pueden manipular, la Historia nos muestra decenas de casos en los que esto ha sucedido. Y por supuesto, la opinión pública también puede ser manipulada, las ideas contrarias pueden silenciarse. También hay que decir que Zeitgeist no es sólo una película polémica -por lo pronto son tres-, sino que además es un movimiento cultural alineado con las ideas del no menos polémico Jacque Fresco, autodenominado ingeniero social. Así que cautela.

Os invitamos a ver el documental, con reservas. Está disponible en Google Video.

Inside Job

Las cifras son alarmantes. 20 billones de dólares en pérdidas. Diez millones de personas sin empleo. De un plumazo.

«Inside job», o más concretamente, su director Charles Ferguson, se erige en portavoz de los reprimidos y engañados, esto es, de -según él- más de un 80 por ciento de la población mundial. Reprimidos por un sistema económico que no nos otorga voz y engañados por nuestros dirigentes, los contribuyentes no podemos hacer más que mirar atónitos y -como mucho- patalear. Los grandes centros financieros están dominados -siempre según él- por narcisistas avariciosos y drogodependientes que carecen de cualquier escrúpulo. Han robado a manos llenas y cuando el saco ha tocado a su fin -en esta crisis que en 2008 comienza-, le han pedido al pueblo que lo vuelva a rellenar. Pero lo peor es que se han asegurado una posición junto al saco, para cuando vuelva a estar lleno.

Lo cierto es que los entrevistados son de primer nivel en este documental. Altos ejecutivos de las más importantes firmas financieras, el Presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, catedráticos de Universidad, miembros del Fondo Monetario Internacional, políticos, periodistas… A muchos de ellos se los denomina en el documental «ingenieros de las finanzas» pero, a diferencia de los ingenieros de verdad, éstos  «exclusivamente construyen sueños». Muchos se defienden a dentelladas de las incisivas preguntas. Se quedan sin respuesta, se enrabietan. Otros, simplemente, se niegan a participar.

El documental propone no sólo que devuelvan el dinero que descaradamente han robado, sino que en lo sucesivo se impongan por ley medidas de regulación financiera, de modo que no vuelva a formarse otra burbuja. Es un documental combativo, bien fundado y argumentado, especializado pero divulgativo, y descorazonador aunque animado. Es polémico y casi subversivo, pero ha ganado el Oscar a Mejor Documental.

Así que, aunque sólo sea por asistir a un espectáculo de funambulismo, merece la pena verlo.

Crazy Horse

Frederick Wiseman es uno de los documentalistas más relevantes del mundo. Con 39 producciones a sus espaldas, en las que explora qué es eso a lo que llamamos «ser humano», ahora vuelve a la gran pantalla con «Crazy Horse», un documental que refleja el día a día en el popular club nocturno parisino. La aproximación de Wiseman es antropológica, practica un estudio del cuerpo humano y de todo lo que le rodea, retrata a las bailarinas como personas totalmente entregadas a su trabajo y sitúa al cabaret en el mismo contexto -al mismo nivel podría decirse- que otras representaciones escénicas, como el ballet o el teatro. De hecho, «Crazy Horse» llega a los cines precedido de «La danse», película en la que Wiseman plasmaba el mundo del Ballet de la Ópera de París.

Wiseman es considerado como uno de los mayores exponentes del «Cinéma Vérité», pero él niega esta asociación. Él se considera director de cine, ni siquiera documentalista. Para él, no debería existir esta distinción (director de cine vs. documentalista) y el término «Cinéma Vérité» sería algo pomposo y vacío de sentido.

La Antropología de los últimos tiempos ha prestado especial atención al cuerpo humano. Si se analiza adecuadamente, el cuerpo habla de la persona, de su tiempo y de su cultura. Wiseman, quizás intuitivamente, lleva décadas contribuyendo a este análisis. Por ello, se le ha denominado «el antropólogo profundo del cine americano» (The Guardian).

«Crazy Horse» se presenta ahora en el Festival de Venecia y vendrá al de San Sebastián, que se celebra del 16 al 24 de septiembre.

La revolución de los saris rosas

Proyección del documental. Entrada gratuita.

Fechas: 13, 19 y 20 de septiembre de 2011

Lugar: Centro Municipal Integrado Ateneo La Calzada (Gijón)

Más información: http://cultura.gijon.es/eventos/show/18627-el-documental-del-mes-la-revolucion-de-los-saris-rosas-2010