La envolvente

Imaginad una lechuga. Una lechuga es comida sana, ¿no? Pues no, no necesariamente.

En general, los españoles de a pie no sabemos mucho acerca de los llamados «alimentos transgénicos», y curiosamente es un tema que nos afecta de lleno. A ciencia cierta, pocos de nosotros podríamos afirmar si estamos comiendo -o no- transgénicos, si los transgénicos son tan buenos -o tan malos- como aseguran, o si esas cosas aquí, en España, no suceden.

El documental que hoy os traemos habla de todo ello. Dirigido en 2008 por la periodista francesa Marie-Monique Robin, «El mundo según Monsanto» arroja una mirada independiente sobre el fenómeno. Y ofrece varias conclusiones inquietantes, avaladas por científicos de primer nivel. Pero antes de adentrarnos en ellas, permitidnos un pequeño excursus.

La envolvente

Seguro que conocéis la expresión «Me han hecho la trece catorce». Se utiliza cuando alguien, premeditada y alevosamente, te ha timado. En nuestro barrio, como somos muy creativos -y muy macarras-, hicimos evolucionar esta expresión y la convertimos en la enfatizada «Me han hecho la trece catorce envolvente». Y es que nos parecía que hay timos del tipo «trece catorce» (timos que, si eres listo, los ves venir), y otros del tipo «trece catorce envolvente» (que son timos que hasta el mejor entrenado se comería con patatas). Como veis, de ahí a «me han hecho la envolvente» hay un paso muy corto.

Fin del excursus.

El «timo» que denuncia Marie-Monique Robin es sin duda del tipo envolvente. Consiste, básicamente, en crear un veneno que aniquile cualquier forma de vida vegetal y luego crear un vegetal -una lechuga, por ejemplo- resistente a ese veneno. Ya está. Vendemos las semillas y el veneno a los agricultores -para que fumiguen- y hacemos negocio con ello.

¿Pero dónde está el timo? Pues por todas partes (y de ahí su carácter envolvente). Veréis.

En  primer lugar, pensad en el veneno. Si mata cualquier vegetal (excepto a nuestra lechuga), la cosa tiene que ser fuerte. Pues sí. Según Robin, la clave está en el Policloruro de Bifenilo (PCB), uno de los doce contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano. Y eso no lo dice Robin, lo dice la ONU. Este veneno, aparte de poner en peligro a los consumidores de esas «lechugas» rociadas, destruye el terreno, lo contamina, de manera que en adelante ahí sólo se podrá plantar cultivos resistentes al PCB.

En segundo lugar, pensad en la lechuga. Resulta que, para cambiar su genética (y hacerla resistente al veneno), tenemos que someterla a un proceso que afecta a sus células. Y no son pocas las voces de científicos que aseguran que ese proceso, esa técnica, da lugar a «lechugas» potencialmente cancerígenas (por seguir con el ejemplo).

En tercer lugar, pensad en la reproducción natural de las plantas. Si mi vecino siembra su campo con lechugas transgénicas, el próximo año mi campo estará lleno de ellas. Qué se le va a hacer, así se reproducen las plantas. Pero claro, esas lechugas transgénicas, esas semillas que vuelan hasta mi campo y allí arraigan, están patentadas. Así que, si viene la policía e identifica lechugas de ese tipo en mis terrenos, me denunciará -y multará- por delito contra la propiedad industrial. ¡Buena!

No ahondaremos mucho más en los tejemanejes que denuncia el documental (ausencia de controles sanitarios, silenciamiento de estudios científicos, presiones de todo tipo…), porque merece la pena que lo veáis. Pero con esto basta para hacerse una idea de la problemática a la que nos enfrentamos.

Arias Cañete, Monsanto, Greenpeace y la manifestación de mañana

Según un estudio del Ministerio de Agricultura divulgado por Greenpeace, en 2013, en España, se han sembrado 138.543 hectáreas con alimentos transgénicos. Esto supone un 19 por ciento más que en 2012 y consolida a nuestro país como líder europeo en este tipo de cultivo. Arias Cañete, Ministro de Agricultura, se ha negado a revelar la ubicación de estos campos, por miedo a represalias.

En Estados Unidos, en marzo de este año, se aprobó una ley que blindaba a los productores de transgénicos, exculpándolos de responsabilidades derivadas de su cultivo. Hace 15 días, el Senado estadounidense retiró la enmienda, probablemente por la presión internacional recibida.

Mañana, 12 de octubre, tendrán lugar protestas en todo el mundo contra Monsanto, principal productor mundial de semillas transgénicas. Porque los experimentos -en nuestro barrio lo sabemos bien- se hacen con gaseosa.

Ver documental en Youtube

La revolución biocida

La lucha contra las bacterias ha sido una constante en la historia de la humanidad. Por mucho que lo hayamos intentado, no hemos conseguido «meter en vereda» a esos peligrosos seres microscópicos. Casos recientes de muerte por infección, como los relacionados con la bacteria E-Coli, demuestran lo desprotegidos que aún estamos ante ellas.

Un grupo de investigadores españoles, con el profesor Serafín Moya a la cabeza, ha desarrollado recientemente un nuevo material, a base de vidrio en polvo, que sirve para desinfectar cualquier superficie. Biocidas ya había, es cierto, (la lejía, el cloro…), pero la característica de este nuevo material no ya es que sea totalmente letal para las bacterias (y también para muchos hongos y levaduras), que lo es, sino sobre todo que es absolutamente inocuo para los humanos, y muy barato de producir. El hallazgo es enorme. Pensemos en la cantidad de infecciones que tienen lugar en los hospitales. Simplemente rociando los quirófanos con este polvo se conseguiría una desinfección absoluta. Pero no solo eso: al ser inocuo para los humanos, se puede utilizar para recubrir las prótesis antes de ser implantadas (la mayoría de los problemas en implantes de prótesis se producen por causa de infecciones). Y mucho más… Sus usos en piscinas, en transportes públicos, en hostelería, dan cuenta de la infinidad de aplicaciones posibles.

De hecho, se están investigando incluso posibles aplicaciones médicas de este polvo, como tratamiento para curar enfermedades, aunque aún es pronto para cantar victoria en ese sentido.

El proyecto es multidisciplinar y en él han participado el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM), el Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN), la Fundación ITMA, el Centro Nacional de Biotecnología (CNB) y otras instituciones relacionadas con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Nosotros hemos tenido el privilegio de entrevistar al Profesor Moya en una de sus visitas al CINN y preguntarle por el hallazgo. Aquí tenéis el reportaje.

BIOCEEI

BioCEEI es el nombre que recibe el vivero asturiano de empresas relacionadas con las ciencias de la vida. Es una de las primeras bioincubadoras de España.

La Bioincubadora cuenta con un total de 1.264 m2 y es la primera de estas características en Asturias. Ofrece 6 laboratorios llave en mano, en régimen de alquiler de entre 55 y 90 m2 completamente equipados que incluyen una zona de despacho. Además cuenta con sala de instrumental común y 5 oficinas nido totalmente nuevas para la pre- incubación de proyectos empresariales.

Quiénes se pueden instalar

  • Empresas biotecnológicas, del ámbito de las ciencias de la vida constituidas y puestas en marcha
  • Bio-emprendedores en fase de desarrollo de su plan de empresa

Laboratorios‘ Llave en mano’

Todos los laboratorios disponen de:

    • Mesa mural de laboratorio, con estanterías para sujección de vitrinas, módulos de puertas y cajones para debajo de las mesas, canaletas para canalización eléctrica, de voz y datos con múltiples tomas, lumniaria, etc.
    • Vitrinas para reactivos, con puertas correderas de cristal
    • Vitrina de extracción de gases, compuesta de cabina, tablero de trabajo, con cabida para grifos de agua y gases, tomas eléctricas, extractor, iluminación interior, sistemas de seguridad, etc.
    • Módulo para ácidos y bases inferior a la vitrina
    • Mesa central de laboratorio con repisas, módulos de puertas y cajones para debajo de la mesa, fregadero, grifo mezclador, canaleta para electricidad, voz y datos y luminaria
    • Taburetes
    • Ducha lavaojos
    • Todas las instalaciones eléctricas, de gases y de fontanería necesarias
    • Agua de calidad pura (Tipo II)
    • Suministro centralizado de gases (CO2, N2 y vacío)
    • Calefacción independiente y regulable a través de termostato, aire acondicionado, teléfono y contador de energía eléctrica para la medición individual de los consumos.