El jardín de las huríes
Aquí os dejamos un brevísimo vídeo promocional de «El jardín de las huríes», la obra de teatro y danza que representarán nuestros amigos de la Troupe del Cretino los días 11 y 18 de noviembre en Beer Station Madrid. ¿Os apuntáis?
El porno que ves
Aunque ya tiene un par de años (y eso es muchísimo tiempo en el mundo online), la serie documental que produjo la BBC en 2010 -y que llevaba por título «La revolución virtual»- es probablemente el acercamiento más serio, profundo e ilustrativo de todos los que se han hecho al «fenómeno Internet», o al menos de los concebidos para el gran público.
La doctora en «Psicología social» -una disciplina muy discutida en sus bases, por cierto, pero con gran aceptación en el eje anglosajón, probablemente por sus aplicaciones prácticas- Aleks Krotoski es la presentadora de la serie. En ella, esta también periodista estadounidense sobrevuela los temas de mayor calado que intervienen en el análisis de la sociedad post-Internet.
El precio de lo gratuito
Y un capítulo, el que hoy enlazamos, es probablemente el más inquietante de los cuatro que la componen. Habla sobre el precio que pagamos los usuarios de Internet por disfrutar de esta mágica tecnología. Un precio que no se mide en dólares o en euros, sino en datos, en información.
Entrevistados de la talla de Bill Gates (Microsoft), Eric Smith (Google), Jeff Bezos (Amazon), o Chad Hurley (YouTube) hablan sobre lo que supone proveer un servicio y recibir como contrapartida un caudal de datos procesables. Cada cual desde su perspectiva -claro- y encaramados en el púlpito de la integridad moral -por supuesto- lo que dicen es que el usuario sabe que está expuesto y lo acepta, porque los beneficios que obtiene a cambio de ceder esa parcela de intimidad son enormes. Y ellos -los gurús-, santos en vida, no harán nunca nada con esos datos que perjudique a la gente, por Dios, todo lo contrario, los usarán para mejorar sus vidas.
El problema llega cuando esa «parcela de intimidad» es en realidad toda tu finca y cuando esa cesión no es temporal, ni controlada, sino eterna -«tus datos estarán siempre en Internet»- e incontrolable -la foto de tu hijo que subiste a Facebook puede perfectamente llegar a una web de pederastia-.
Todo de todos
Porque en Internet volcamos todo de todos, lo nuestro y lo del vecino, al desparrame. Ya sea mediante el famoso Facebook -en el que la gente valiente asume un cierto grado de exposición pública-, o a través de nuestros correos electrónicos, Whatsapps y demás utilidades aparentemente privadas -que nadie en su sano juicio expondría alegremente-. Ese universo que todo se traga y al que genéricamente llamamos «Internet» conoce nuestros más íntimos secretos.
La chica que te gusta. El porno que ves.
Repercusiones
Y por mucho que digan los gurús, la gente ni conoce, ni acepta, las repercusiones que esta exposición pública puede tener. En primer lugar, porque nadie que no se dedique al negocio del «cine erótico» [sic] quiere hacer pública una fotografía de su retráctil órgano sexual -por ejemplo- durante una entrevista de trabajo, o una cena de Navidad. Y en segundo lugar, porque ni siquiera los propios gurús conocen las repercusiones de esta exposición. Las empresas cambian de dueños, los países cambian de gobernantes, y los datos almacenados en Internet permanecen ahí, y pueden servir para los más oscuros propósitos: campos de concentración para calvos. Eugenesia.
Así que, antes de teclear tu próxima búsqueda en Google, ¿por qué no le echas un vistazo al documental?
De «cultureo» por Asturias
Aparte de las proyecciones gratuitas de documentales que tendrán lugar en Gijón (y de las cuales os hablábamos aquí), hay muchas actividades interesantes programadas para lo que queda de octubre y también para noviembre. A continuación reproducimos algunas de las convocatorias que han llegado hasta nosotros:
- En primer lugar, es de destacar la exposición del fotoperiodista Juan Carlos Tomasi en el Auditorio Príncipe Felipe. Estará disponible hasta el 27 de octubre. Más información
- También la inauguración mañana sábado 20 de octubre, en LABoral, de la muestra de «VideoArte» del californiano Gary Hill, que lleva por título «Writing Corpora» y se enmarca en la exposición «Presencia Activa». Más información
- Por otra parte, esta tarde, a las 19:30, en el Centro Integrado de El Coto (Gijón), la fotógrafo Ouka Leele ofrecerá una conferencia y participará en un coloquio con el público, dentro de la muestra «FotoArt Mujer 2012», en la que se proyectarán algunas de sus fotos, así como las de Natalia Alonso, Elena Gimeno y Raquel Sánchez. Más información
- Hasta el 30 de octubre se sucederán en Gijón actividades relacionadas con el mundo de la danza. Algunas son actuaciones gratuitas en la calle. Aquí os dejamos las de este fin de semana:
- VIERNES, 19 DE OCTUBRE
- Centro de Cultura Antiguo Instituto, 22.00h. Compañía Arrieritos (Madrid) Despídete de ti (Carmen) Precio: 3 euros
- SÁBADO, 20 DE OCTUBRE
- Paseo de Begoña, 18.00h. Kukai Dantza Konpainia (Euskadi) Sorbatza
- Teatro Jovellanos, 19.00h. La Mov (Aragón) La Cenicienta Precio adulto: 12€ / Precio niño: 8€
- Centro Cultura Antiguo Instituto, 22.00h. Thomas Noone Dance (Cataluña) Lugares extrañamente desastrosos Precio: 3 euros
- DOMINGO, 21 DE OCTUBRE
- Paseo Begoña, 18:00h. Compañía Alicia Soto-Hojarasca (Castilla y León) La Petite Voiture (La Comtesse)
- Centro de Cultura Antiguo Instituto, 20.00h. Kukai Dantza Konpainia (Euskadi) Out–In Precio: 3 euros
- VIERNES, 19 DE OCTUBRE
- Y también os dejamos las actividades programadas para finales de octubre y noviembre en Oviedo:
- El próximo sábado 27 de octubre se inaugura el ciclo de Conciertos del Auditorio con la soprano Ainhoa Arteta y el barítono Juan Jesús Rodríguez acompañados de la Oviedo Filarmonía y bajo la dirección del maestro Marzio Conti. Más información
- Aún quedan localidades para el Russian National Ballet y su “Gran Gala Tchaikovsky”, el 28 de octubre en el teatro Campoamor. Más información
- Lunes de Cine estrena un nuevo ciclo “Marilyn y Ramón: 5 de agosto de 1962” organizado por el Ayuntamiento de Oviedo en colaboración con la Filmoteca de Asturias Ayuntamiento de Oviedo. Comienzo el 5 de noviembre en el teatro Filarmónica.
- Las Jornadas de Piano “Luis G. Iberni” se iniciarán con dos recitales que supondrán el debut en el ciclo de dos generaciones de pianistas que están en la élite de los circuitos más exigentes, Christian Zacharias (lunes 5) y Rafal Blechaz (jueves 22). Más información
- El jueves 15 retomamos la LXV Temporada de Ópera de Oviedo con “Turandot” de G. Puccini en el teatro Campoamor. Más información
- El lunes 19, debut en el ciclo Conciertos del Auditorio de la cantante Ute Lemper acompañada por el Cuarteto Vogler. Más información
- El sábado 24, III Ciclo Noches de Fado “Divas”. Ana Laíns presenta Quatro Caminhos en el teatro Filarmónica. Más información
- El domingo 25, X Concierto Homenaje a Alfredo Kraus con la intervención del tenor Celso Albelo acompañado al piano por Juan Francisco Parra. Auditorio Príncipe Felipe
- El viernes 30 recital de Alberto Cortez en el teatro Filarmónica.
- Continúa el VI Festival de Teatro Amateur “Ciudad de Oviedo” cuya clausura y Gala de Entrega de Premios es el 4 de noviembre en el teatro Filarmónica. El Festival de Teatro Amateur está organizado por el Ayuntamiento de Oviedo en colaboración con FETEAS (Federación de Grupos de Teatro Amateur del Principado de Asturias).
- Y también hay Conciertos de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), Conciertos de la Sociedad Filarmónica y Conciertos de la Banda de Música “Ciudad de Oviedo”. Más información
Los sueños olvidados
Hay una secuencia en la película que resulta terrible. Puede pasar desapercibida, pero sigue siendo terrible. No tiene nada que ver con el discurso principal de este precioso documental, que nos habla sobre una cueva del Sur de Francia, donde están contenidas las pinturas rupestres más antiguas -y quizás más bellas- de todo el Arte prehistórico. La terrible secuencia habla sin embargo de la vulnerabilidad del ser humano:
Lo llamaremos «el perfumista», es uno de los entrevistados en el documental. El perfumista nos explica su sistema para descubrir cuevas sepultadas. No se fija en el terreno, ni se vale de sofisticadas máquinas, sino que olisquea aquí y allá, en busca de aromas que puedan indicar que hay una gruta bajo las rocas. Este perfumista es un señor mayor, retirado, poco acostumbrado a las cámaras y también poco amigo de ellas. El perfumista, en un momento de su intervención, se queda sin palabras, mudo. Parece que sintiera que no tiene nada importante que decir. Es la humildad la que le embarga. Con sus gestos, implora que se aparte aquel artefacto de su cara, aquel testigo de su vulnerabilidad. Es el minuto 55 de la película. Herzog mantiene el plano, hasta el final.
Porque estas cosas pasan. Porque Werner Herzog busca lo humano por encima de todo, sin maquillaje, en ésa, su sencillez tan compleja. Gracias a él, descubrimos que uno de los investigadores, que ahora trabaja en la cueva, fue malabarista de circo. Descubrimos la historia detrás de la historia -detrás de la Prehistoria, si se nos permite el calambur-. La película de Herzog no habla de unas pinturas rupestres.
La identidad
Porque, aunque amanse a las fieras, la música es algo bastante humano. El Arte.
Si viajáramos por el Espacio, a otro planeta, y encontráramos allí a un ser vivo tocando la flauta (no importa que no se parezca a nosotros: puede tener forma de, no sé, de tulipán), pensaríamos que algo tenemos en común con él, ¿verdad? Algo poderoso. ¡Tocar la flauta implica tantas cosas! La sensibilidad artística, el deseo de expresarse, la técnica… Si sabes tocar la flauta, podemos congeniar.
Pues ese vínculo es precisamente el que busca -y encuentra- Herzog, con unos seres que vivieron en la Tierra hace 30 milenios. Y 30.000 años es mucho tiempo, no nos engañemos (pensemos en los últimos 50).
Los cavernícolas tocaban la flauta. Pentatónica, para más señas. Y pintaban. Y lo que pintaban era magnífico.
El legado
Y ahora seguimos empeñados en dejar testimonio de nuestro paso por la vida, como ellos. Cazamos mejor, es cierto (de hecho, cazamos tan bien, que casi se nos han acabado los animales), pero nuestro anhelo de perpetuidad permanece idéntico.
Claro que el deseo de dejar nuestro legado no es la única motivación para pintar en las paredes de las grutas (léase lienzos, photoshops y capillas sixtinas). Lo hacían, ellos, según se dice, por motivos espirituales, para atraer la caza, para alejar la catástrofe. Y esto -ese «homo spiritualis»- sigue siendo insuficiente.
El juego
Porque no se entiende el Arte sin el juego. La música -interpretarla, bailarla, componerla- es divertida; el cavernícola era un ser juguetón, un «homo ludens»: pintaba.
Los sueños
Y soñaba. Y al despertar, olvidaba sus sueños. Y si no, los estampaba en la roca.
Herzog humano sueña, y nosotros con él.
Pero cuánto durarán nuestros sueños, Werner, antes de ser olvidados.
El mejor cine y gratis
Lo del distrito Este de Gijón para este mes de octubre es impresionante. Organizan dos ciclos de películas que son una verdadera pasada, además de otros tres ciclos que no están nada, pero nada mal. Y todo gratis. Os contamos…
Ciclo hermanos Coen
Los días 9, 16 y 30 de octubre vamos a poder darnos el lujazo de ver en pantalla grande tres películas de los Coen: «Arizona Baby» -con un muy jovenzuelo Nicolas Cage-; «Muerte entre las flores» -clásico del cine de gangsters donde los haya- y «Barton Fink», con John Turturro y John Goodman, éste último en un curioso e inquietante papel.
Ciclo Danza
Cuatro documentales de directores como Wim Wenders o Carlos Saura, dedicados al mundo de la danza. El martes 23, el novísimo «Pina», de Wim Wenders; el miércoles 24, «Flamenco, flamenco», de Saura; el jueves 25, «El esfuerzo y el ánimo», de Arantxa Aguirre; y el viernes 26, «¡Esto es ritmo!», de Thomas Grube. Imprescindibles. Todos en el Centro Municipal Integrado de La Arena, a las 19:30.
«El documental del mes»
Con la proyección de «Pura vida», sobre la operación de rescate a un montañero. Dirigido por Pablo Iraburu. En el CMI de La Arena, el lunes 22 a las 19:30.
Ciclo John Dahl
Dos películas de este director estadounidense, especializado en cine negro. Se proyectarán «La última seducción», el viernes 5 de octubre y «Rounders», el viernes 19. Ambas en el CMI de La Arena, a las 19:30.
Ciclo «Llámame clásico»
Con cinco películas rescatadas del cajón, merecidamente. Podremos ver cada miércoles una -todas a las 19:30, en el CMI de El Coto. «Desayuno con diamantes» esta tarde (día 3 de octubre), «El jovencito Frankenstein» la semana que viene (día 10), «Los intocables de Eliot Ness» (día 17), «Patton» (día 24) y «Dr. No» (día 31).
Se rompe o se raja
«Se rompe o se raja» es una expresión frecuentemente utilizada en México. Se usa para manifestar un total compromiso, una adhesión incondicional a algo. «Ir a por todas», que se dice en España.
En el año 2008 se publicaba «Living in Emergency», el documental que hoy os ofrecemos. Cuenta la historia de cuatro médicos sin fronteras, dos novatos y dos veteranos, durante sendas misiones humanitarias, en el Congo y en Liberia. Desde la entrada en el campamento, hasta su cierre, la película se adentra en las emociones que experimentan estas personas y trata de dibujar -con el telón de fondo que todos podemos imaginar: guerra, pobreza, necesidad- el panorama al que se enfrentan.
Aunque bondadoso con la Organización, el documental es sano. Las dudas y flaquezas de los propios cooperantes no se limitan al terreno personal, al miedo, a la inseguridad, a la frustración derivada de la escasez, de la impotencia. Esas dudas llegan a cuestionar, durante la película, los propios fundamentos -y decididamente también el funcionamiento- de Médicos Sin Fronteras, e incluso de todas las ONG’s. El documental es, por tanto, algo más que propaganda.
Y África
Es el sitio adonde no miramos. Cada foto que nos llega del vecino continente es peor que la anterior, así que optamos por romperlas todas. El testimonio de esta gente -de los doctores- es muy ilustrativo: la mayoría va, coopera, resiste lo que puede, y no vuelve nunca más. Y quién podría reprochárselo.
Cara extrema del mundo, África, dicen que duermes… Pero eso es porque, cuando sueñas, todo parece posible.
Vergüenza
Y como veníamos anunciando, la cosa se calienta. ¿Habéis visto el vídeo que abre la página? Mejor vedlo ahora, que nada de lo que podamos escribir nosotros igualará lo ahí recogido.
25-S
Esta semana ha sido la del 25-S. Por mucho órdago a la grande que lancen los catalanes, por mucho que se quiera tapar la creciente conflictividad en la sociedad española, el acontecimiento más importante de la semana ha sido éste. No entraremos a discutir si han sido cientos, miles, decenas o centenares de miles de manifestantes. Tampoco vamos a valorar los objetivos de la protesta (que con ese gesto simbólico de rodear el Congreso pretendía, en definitiva, deponer el Gobierno y reunir una Asamblea Constituyente: otro órdago). Lo que haremos será analizar -someramente- el escenario de juego.
Periodismo ciudadano
Tenemos móviles. Todos. Nuestros móviles -muchos- graban vídeo. Y nuestros móviles -muchos también- se conectan a Internet.
Internet, por si alguien aún lo duda, ha cambiado el mundo irreversiblemente: la forma de relacionarse (ahora se liga en Badoo, olvídate del bar de copas), la forma de trabajar (tenemos las posaderas como los ojos: rojas), y también la forma de aprender. El aprendizaje es un intercambio de información, esto se sabe, y dependiendo de quién proporcione esa información, ésta será más o menos fiable, más o menos relevante, más o menos plural y -por tanto- el aprendizaje, más o menos profundo.
Pero dejémonos de teorías. Poder emitir en directo, a nivel internacional, lo que yo estoy grabando ahora con mi móvil es la mayor revolución que se ha producido en toda la Historia del Periodismo. Mayor que la invención de la imprenta, sí. Mayor. Los periodistas no sabemos por dónde nos llueven los palos, y esto hay que reconocerlo. Antiguamente, nuestras palabras -las de los periodistas- tenían valor, no porque fueran mejores que las de otro: tenían valor por los medios que usábamos para difundirlas. Ahí, en el medio, estaba nuestra fuerza. Pero ahora ya no y ya nunca más.
Claro que lo de procesar la información es un arte (con minúscula). Las facultades de Periodismo nos enseñan, por encima de cualquier otra cosa, a discriminar -a seleccionar- información (y sea esto dicho sin ninguna acritud, sino más bien con orgullo). No todo es igual de relevante, no todo merece ser contado. Seleccionar aquella información relevante -y descartar la irrelevante- es una cuestión de perspectiva. Y por eso es tan importante que la mirada del periodista sea limpia, pero cargada de criterio: culta. El trabajo periodístico es una tarea eminentemente moral.
Dicho esto, tiraremos otra piedra contra ciertos aburguesados compañeros que han hecho del refrito su especialidad. Uno no puede pretender informar sin informarse. Recordemos aquello que decía el fotógrafo Robert Capa: «si tu fotografía no es buena, es porque no te has acercado lo suficiente».
Bien cerca de los palos y las piedras estuvo nuestro reportero ciudadano. De hecho, alguno se llevó.
Disturbios y antidisturbios
Pues le rompen la cámara, al reportero. Y no por accidente. A la policía le molesta mucho que se publiquen sus tropelías y por eso reacciona atacando a la prensa. Porque sí, nuestro ciudadano reportero es -y a todos los efectos así debe ser considerado- prensa. Y sí, los golpes de la policía -por ejemplo- a inocentes viajeros de cercanías son abusos de poder, tropelías. Como también lo son [tropelías, abusos de poder, mezquindades] los golpes que propinan cuando el agredido yace en el suelo. Una persona abatida, herida, que no ofrece resistencia, no debería recibir ni un solo golpe de la policía. Y ¿cuántas patadas, porrazos y demás vejaciones de ese estilo hemos visto? Pues bien, este periodista, éste que escribe, este profesional moral, en este editorial -en este espacio natural para la opinión- declara que ni una sola de esas tropelías es aceptable.
Son vergonzosos, los golpes. Y en buena medida, innecesarios. La policía confunde su función en el teatro. Ellos no son jueces ni verdugos. No depende de ellos castigar a la población manifestada. Las porras no son armas de castigo, sino de intimidación y de defensa. No. Los manifestantes no son sus enemigos y ellos, los policías, por mucho que vayan en formación, no son un ejército. Y además, esto, aún no es la guerra.
La violencia engendrará más violencia. Sobre todo cuando los policías, esos violentos funcionarios, cambien de frente. Porque no van a estar indefinidamente descargando su frustración -justificada, sin duda- en las cabezas equivocadas.
Que viene el lobo
Hemos decidido rescatar un reportaje que teníamos guardado en el fondo de nuestro archivo, porque el tema vuelve a estar de actualidad. Hace algunos días, podíamos leer en las noticias que un grupo de cazadores había abatido a un lobo en Asturias. Lo llamativo no es que se mate a un lobo, ya que mueren cada año, sólo en Asturias, unos 30 lobos a manos del hombre (y la mayoría de ellos con el consentimiento del plan regional de gestión). Lo llamativo de la noticia es, en cambio, que ese lobo -ése concretamente- estaba siendo estudiado desde hacía un año por un grupo de científicos. En el estudio, pagado por los contribuyentes, se había invertido -según las cifras que citaba La Nueva España- más de medio millón de euros.
Hoy se publicaban unas declaraciones de la Consejera de Agroganadería. Se compromete a urgir el pago de las indemnizaciones a ganaderos. Según los datos recabados, unas 3.500 reses sufren cada año ataques de lobo. Y las indemnizaciones a los ganaderos rondan el millón de euros anual. Así que -al menos en Asturias- no se trata de un problema menor.
En nuestro reportaje recogemos las quejas de los ganaderos, quienes encuentran serias dificultades para probar la muerte de sus reses. Y también incluimos la visión de los ecologistas, que entienden la gravedad de los perjuicios que el lobo causa a los ganaderos, pero que insisten en la importancia de preservar esta especie.
La raíz del problema, según dicen los ecologistas, está en una normativa europea que obliga a retirar las carroñas de los montes. Los lobos, en el pasado, se alimentaban de ellas y no tenían necesidad de buscar comida entre el ganado, en la linde de los pueblos. Ahora no les queda más remedio.
Lobos de medio millón de euros abatidos por negligencia; normativas que dejan limpio el monte, pero que matan a 3500 reses al año; planes de protección medioambiental que regulan cacerías en Parques Naturales; ganaderos que demuestran con su Iphone que los lobos han matado a sus cabras… Mundo complejo. Sociedad plural.
Engórdame (que me pone)
Archiconocido es el documental «Super size me»: probablemente, el más famoso de los editados en los últimos tiempos. Pero ¿por qué ha tenido tanto éxito?
Para quienes -extrañamente- no conozcan esta película, diremos que consiste, básicamente, en ver a su presentador y director, Morgan Spurlock, engordar como un ceporro, a base de comer hamburguesas -patatas fritas y Coca Cola- durante un mes. Se propone demostrar que la «comida rápida» no es buena para la salud. Y lo consigue.
Pero intentemos responder a la pregunta…
En primer lugar, la película ha tenido éxito porque aborda un tema de especial importancia para nuestra sociedad: la obesidad. Basándose en cifras realmente alarmantes, Spurlock pone el acento en una cuestión que nos afecta a todos y que se relaciona directamente con el modelo de vida que muchos de nosotros llevamos: sedentario (pasamos más tiempo sentados que de pie), holgazán (buscamos soluciones rápidas para saciar nuestras hambres) e hiper-consumista (una tarjeta de crédito sin límite es nuestro sueño).
En segundo lugar, Spurlock se castiga, y eso da morbo. Ver a alguien destrozar su hígado -cambiar de color, de forma, de actitud- es diversión en estado puro. No en vano el «jackass» ha pasado de ser una serie de televisión a un género televisivo en sí mismo.
Y en tercer lugar, el documental demoniza a una cadena de comida rápida en concreto, McDonalds. Esto es importante, porque culpar a alguien -rico, poderoso- de un problema que en realidad es nuestro, contribuye a que no nos sintamos tan culpables por ser gordos. Nadie nos obliga a comer hamburguesas hasta reventar, nadie nos impide hacer deporte, llevar una vida sana. Y si culpamos a alguien de nuestra propia irresponsabilidad, no estamos siendo justos.
La pobreza
Pero entre todos estos mensajes más o menos frívolos, la película deja caer una reflexión interesante, y es la relación entre pobreza y consumo de comida rápida. Al parecer -y esto aún no es así en España-, para los estadounidenses resulta más barato comer en un McDonalds que comprar los alimentos frescos -especialmente verduras- y cocinarlos. Por ese motivo, se aprecia una relación entre bajo poder adquisitivo y obesidad.
Este dato suscita un buen número de interrogantes -que no detallaremos-, pero por encima de todos, arroja una pregunta: ¿Cómo es posible? ¿Cómo va a ser más barato comer en un McAuto que hacer una fabada? La respuesta sólo podemos encontrarla a nivel macroeconómico. Es posible porque las políticas agroganaderas están controladas por grandes grupos de poder que determinan los precios. No incidiremos en este tema, porque -a quien le interese- puede ver, por ejemplo, el documental Food Inc, que aborda la cuestión frontalmente, pero diremos que posiblemente éste sea el punto más interesante de todo «Super size me».
El entretenimiento
Y es entretenida, la película. Puede que no sea seria -ni ortodoxa-, que sea frívola y populista, pero, al menos, su director consigue que el espectador -ese hiperconsumista haragán sedente- se interese por algo tan importante, tan cotidiano y tan cargado de implicaciones sociales, económicas, existenciales, como su propia dieta. Durante hora y media, no más, que hoy cenamos kebab.
El extranjero
Este domingo, por el módico precio de tres euros y medio, podremos ver en el Teatro Jovellanos de Gijón la película «Kabloonak» (que significa «El extranjero» en lengua inuit). En España, el título se ha traducido -sin mucha fortuna- como «Mis aventuras con Nanuk el esquimal». Realizada por el veterano director de documentales Claude Massot, «Kabloonak» -su primer largometraje de ficción- narra la historia de Nanuk (el oso) y Robert Flaherty durante el rodaje de la muy famosa película muda, a principios del siglo XX, «Nanuk, el esquimal».
Con la proyección de «Kabloonak» a las 18:00 y de «Declaración de guerra» a las 20:30, el Teatro Jovellanos cierra su ciclo del 50 aniversario, para el que los comisarios del Festival de Cine seleccionaron un total de 20 títulos que agruparon bajo el siguiente lema: «De niños buenos a enfants terribles».