De la televisión

En estos días inciertos para las televisiones públicas -ya sean de rango nacional o autonómico- debido a los recortes presupuestarios y otras amenazas que pesan sobre ellas, creemos que conviene reflexionar acerca de la función social que estas instituciones desempeñan. Con tal propósito, mencionamos a continuación algunos puntos que consideramos clave a la hora de decidir sobre su futuro y/o fijar prioridades en cuanto a programación se refiere.

Contexto histórico

Los medios oficiales de comunicación siempre han existido. Si nos remontamos lo suficiente, podríamos incluso considerar que los rapsodas y aedos de la Grecia clásica -que narraban, al ritmo de la música, las aventuras de Ulises y compañía- cumplían una función de divulgadores de la Ética y la Moral oficiales. Pero, sin hilar tan fino, podemos fácilmente remontarnos a los tiempos de los Reyes Católicos y encontrar medios de comunicación de corte oficial que -potenciados por el invento que revolucionaría el mundo: la imprenta- conseguían hacer llegar al pueblo aquella información que los poderosos consideraban de interés. Evidentemente, este tipo de prensa -los «mercurios», que se llamarían después- se encontraba sometida a un férreo control por parte de los gobernantes que la sufragaban.

Aunque la prensa clandestina -subversiva- creció paralelamente a la prensa de corte oficial, no fue hasta el siglo XVIII que los periodistas -o gacetilleros- empezaron a gozar de cierta autonomía, estableciendo las bases del libre periodismo. Y fueron las revoluciones sociales de finales del XVIII (Revolución Francesa, Estados Unidos…), con sus nuevos sistemas de gobierno -República, Democracia, Monarquía parlamentaria-, las que crearon el campo de juego en el que la prensa se está debatiendo desde entonces.

Principios

  • El poder es del pueblo

En un Estado democrático, como el español, la Soberanía es popular. Aunque se trate de una Democracia representativa -ya que delegamos en ciertas personas para que se encarguen de la gestión estatal-, los ciudadanos tenemos voz y voto en las cuestiones públicas.

  • Para valorar es preciso saber

Es imposible opinar sobre algo que se desconoce. Preguntar a un analfabeto si «hucha» se escribe con hache, no tiene sentido. Del mismo modo, preguntar a un ciudadano si está a favor o en contra de una política de la que jamás ha oído hablar resulta ridículo.

  • Los medios de comunicación crean comunidad

Comunicar significa «poner en común«. Los medios de comunicación sirven para poner en común ideas, hechos, emociones, etc, de modo que un determinado grupo de personas se convierta en una comunidad.

  • Informar, formar y entretener

Las funciones básicas de un medio de comunicación, en un Estado democrático son, por orden de prioridad, las de informar, formar y entretener. Informar para que el ciudadano pueda participar en la vida pública, lo cual es su derecho. Formar para que sus decisiones estén basadas en argumentos sólidos, por el bien de todos. Y entretener, porque el ocio -el juego- forma parte de la esencia humana tanto como el negocio.

  • Vigilancia social

Del mismo modo que, en sociedades complejas, compuestas por millones de personas, delegamos en ciertos individuos y colectividades para que se encarguen de la administración del Estado, también delegamos en otras para que se encarguen de vigilar esa administración e informarnos de lo más relevante: los periodistas.

  • Independencia, libertad e integridad

Para que la información que llegue al pueblo sea útil y no esté contaminada por intereses de cualquier índole, el periodista debe ser independiente de cualquier presión ideológica, libre para expresar sus opiniones, e íntegro en el desarrollo de su labor, conforme a los Códigos Deontológicos de la profesión.

  • Empresa frente a Estado

Si bien a un medio de comunicación privado se le debe exigir que, en sus informaciones, respete la verdad de los hechos, no se le puede exigir que informe, o que forme. Habrá, por ejemplo, en la esfera privada, medios de comunicación totalmente orientados al entretenimiento y esto no es condenable. En cambio, los medios de comunicación públicos -pagados con los impuestos de los ciudadanos- nacen con una vocación de servicio público, es decir, nacen con la función primordial de informar, con verdad, con independencia, con rigor; con la función de formar; y con la función de entretener, si fuera menester. Los dirigentes políticos deben garantizar la efectividad de este servicio público y para ello -para asegurar su total independencia- deberían alejarse por completo de su gestión.

  • Información regional

En una sociedad plural, en un «Estado de las Autonomías», los medios de comunicación públicos deben reflejar esta pluralidad y propiciar el acceso de todos los ciudadanos, de cualquier región del país, a la información pública. En este principio se basa la existencia de las televisiones autonómicas, por ejemplo, puesto que su función es cubrir en detalle los acontecimientos de la región en que se hallen.

  • Desarrollo socio-económico y cultural

Los medios de comunicación son vehículos de cultura y agentes dinamizadores del desarrollo socio-económico. Al abrigo de una televisión pública, por ejemplo, nacen multitud de empresas dedicadas a labores tan diversas como la construcción de decorados, la grabación de música, la formación de actores, o la iluminación de exteriores. Una televisión potencia el tejido empresarial de una región, crea cientos de puestos de trabajo y diversifica las áreas laborales: es riqueza.

Medidas

Últimamente,  se están adoptando diversas medidas desde la esfera política que van en detrimento de los medios de comunicación públicos. Por ejemplo, se ha modificado la Ley que regulaba el nombramiento del Presidente de Radio Televisión Española. Se ha despedido a 1200 trabajadores de Canal 9. Se ha aprobado un proyecto de Ley que permite a las Autonomías privatizar sus televisiones públicas. Y se han realizado sangrantes recortes presupuestarios, sin mencionar los conocidos impagos por parte del anterior Gobierno del Principado de Asturias a RTPA, que ya se están dirimiendo en los Tribunales y amenazan con hundir la cadena y con ella a decenas de empresas.

Por otra parte, la muy deficiente gestión de algunas televisiones por parte de sus responsables ha llevado a la quiebra técnica y -lo que es peor- al descrédito de estas instituciones. La ciudadanía ha perdido la confianza en los medios de comunicación públicos y ha olvidado que son una herramienta útil a su servicio.

Prioridades

Ante una situación de crisis como la actual, es fundamental fijar prioridades, de modo que se pueda distinguir lo prescindible de lo imprescindible y así reorientar las políticas. Las televisiones públicas son imprescindibles para garantizar la participación ciudadana en la gestión pública. Si se pierden las televisiones públicas, se pierde la Soberanía popular. Su programación puede ser objeto de variaciones -parte de ella será prescindible-, pero una televisión pública siempre tendrá que atender al mandato que la legitima. A tal objeto, proponemos:

  • Que se mantenga la titularidad pública de todas las televisiones públicas.
  • Que se ajuste su dimensión en función del tamaño de la población a la que presten servicio. Esto podría implicar un recorte en las horas de emisión.
  • Que los contenidos primen la información -en sus múltiples géneros: noticia, reportaje, crónica, documental…- y la formación, en detrimento de contenidos de entretenimiento (series, reality shows, eventos deportivos…)
  • Que los contenidos sean producidos por la propia plantilla de la televisión, o por empresas de su área de influencia, con especial presencia de las pequeñas y medianas.
  • Que se potencie la colaboración entre distintas televisiones con el fin de compartir contenidos que tengan interés fuera de sus respectivas áreas de influencia. Esto se traduce en una eficaz reestructuración de la Federación de Organismos de Radio Televisión Autonómicos (FORTA).
  • Que se modifiquen los Estatutos de las televisiones públicas de modo que sus Consejos de Administración no estén compuestos por políticos, sino por notables procedentes de las Universidades y por periodistas de reconocido prestigio que garanticen la independencia del medio.
  • Que se pulse la opinión de los trabajadores de las distintas cadenas y se implementen mejoras propuestas por ellos.
  • Que se modifique la legislación de Derechos de Autor en un sentido que permita y promueva la utilización por parte de los ciudadanos de los fondos documentales de las televisiones públicas.
  • Que la gestión de las televisiones esté permanentemente sometida a auditorías externas, de modo que se garantice la transparencia en la contratación y la eficiencia de las inversiones.
  • Que se depuren responsabilidades por vía penal de las gestiones anteriores.

Todo lo anterior se ha dicho en referencia exclusiva a las televisiones públicas y no aspira más que a ser un análisis somero de la situación y una propuesta de mejora. Si quisiera hacerse hincapié en el estado actual del periodismo en España, habría que hablar sobre la transparencia -la opacidad- de la Administración, sobre el despotismo de algunos dirigentes (que celebran ruedas de prensa en las que no se admiten preguntas), sobre la precaria situación laboral de los trabajadores, sobre el intrusismo laboral y sobre otras mil cuestiones que exceden los límites de este editorial y que pueden leerse en manifiestos de las Asociaciones de Periodistas, o de Reporteros Sin Fronteras. Y es que, del mismo modo que el ciudadano tiene derecho a ser informado, también tiene el deber de informarse.

Contacto: Iñaki Arteta

Entrevista en audio al director de cine Iñaki Arteta, autor de documentales como «El infierno vasco» o «Trece entre mil», a propósito del terrorismo de ETA y sus consecuencias para las víctimas. Hablamos con él de su último proyecto de documental, «1980» y también de otros temas relacionados con el mundo audiovisual: la financiación colectiva, la función social de los documentales, nuevas vías de explotación comercial, etc.

Web oficial 

Magia y misterio

El pensamiento mágico es consustancial al ser humano. Se sitúa en la raíz misma del aprendizaje, puesto que se ocupa de buscar relaciones entre los distintos elementos que nos rodean. El trueno, por ejemplo -esa realidad tan difícil de comprender- ha sido interpretado por múltiples culturas a lo largo de la Historia. Asombra la cantidad de dioses del trueno existentes, los cuales constituyen un perfecto ejemplo de lo que es en verdad el pensamiento mágico y de cómo funciona eso a lo que llaman «la dotación de sentido».

No creamos que el pensamiento mágico muere con el nacimiento de la Ciencia, no. Es bien cierto que, valiéndose de su empirismo característico, la Ciencia ha destronado a la Fe como método de conocimiento, pero el pensamiento mágico aún encuentra su lugar en los límites de ésta. La magia, o mejor dicho, la creencia en la magia, sirve de acicate para los buscadores de respuestas. El niño que cree en la existencia efectiva de los Reyes Magos -como entidades más o menos corpóreas que visitan anualmente su casa y le cubren de regalos- es un apasionado detective. El niño buscará indicios del difícilmente ocultable paso de los camellos, dormirá agitado -alerta-, y despertará temprano, ilusionado y radiante. La magia -su misterio- tiene este poder de apasionarnos e intrigarnos como ninguna otra cosa.

Pero, en su búsqueda, el humano halla respuestas, y es entonces cuando se establece la diferencia. Creer en la magia antes de hallar la respuesta a un dilema tan complicado como el del trueno -o el de los Reyes Magos- es legítimo, natural, provechoso. Creer en la magia después de haberse topado con la evidencia es de necios.

El Doctor Fernando Jiménez del Oso (1941-2005) fue un psiquiatra madrileño de prestigio que, en un momento de su vida, atraído por ese poder que emana de lo desconocido, dio el salto a la pequeña pantalla, con documentales que le valdrían el reconocimiento -y también la enemistad- del gran público. Jiménez del Oso vive la magia y nos la hace vivir; busca apasionadamente explicaciones a lo confuso, a lo misterioso; y a veces las encuentra. Y cuando las encuentra -esto es lo más importante-, actúa, no como un necio, simplón y tozudo -supersticioso-, sino como el sabio que es.

Jiménez del Oso es ése que sabe que no sabe, pero que busca hasta conseguir saber.

Excepcional orador, sus documentales son un verdadero viaje por la cordura, por la sencillez carente de efecto, por la duda justificada. En el capítulo que aquí podemos ver, dedicado al «Astronauta de Palenque», el Doctor hace además gala de una tremenda elegancia. Expone los argumentos mágicos de manera que uno casi los cree, y después los refuta sin acritud. Es decir, nos regala la magia y después nos quita la ignorancia con cuidado.

Hay en Internet toda una serie de sus trabajos, disponible para quien los quiera ver. Un privilegio.

 

Dos meses al año

Según la consultora Barlovento, los españoles pasaron de media, en 2011, cuatro horas diarias ante el televisor. De esta cifra -la superior registrada en toda la historia- se extrae que la población española estuvo el año pasado dos meses completos frente a la pequeña pantalla.

El incremento en tiempo de visionado, en lo que a televisión se refiere, es constante. En 1992, el español medio veía 192 minutos diarios de televisión, esto es, tres cuartos de hora menos al día que el español de 2011. La causa principal de este aumento, según el estudio, es la aparición y desarrollo de la Televisión Digital Terrestre (TDT). El salto desde la media docena de canales anteriores a los más de cuarenta actuales ha supuesto un crecimiento en el interés del ciudadano, que se ha traducido en un mayor tiempo de visionado.

Las cifras españolas están en la línea de las de otros países europeos, como Italia o Gran Bretaña, pero son inferiores a las de Estados Unidos o Japón, que alcanzan una media de 30 minutos más de visionado diario (otros ocho días completos en un año).

Paradójicamente, el sector televisivo está en crisis. La subvención pública se reduce continuamente (en 2012, TVE recibirá 200 millones de euros menos que en 2011) y la inversión publicitaria no sólo se reduce (un 10 por ciento al año), sino que también se atomiza entre los múltiples canales. Como consecuencia, la calidad de los contenidos se resiente.

De todo lo anterior, se deduce que cada vez se ve más televisión, pero también peor televisión. El oligopolio mediático (fusiones de Telecinco y Cuatro; Antena 3 y La Sexta; preponderancia de los grandes grupos, etc); el arrumbamiento del servicio público (asfixia de televisiones públicas, nacionales y autonómicas); y la veneración a la imagen grabada (se le presta más atención que nunca) producen una sociedad en la que la mayoría de individuos invierte la mayoría de su vida ante una pantalla que, en la mayoría de las ocasiones, está controlada por una minoría de personas.

Ver resultados del estudio

FICOD 2011

En estos días se está celebrando FICOD 2011, el Foro Internacional de Contenidos Digitales. Durante los tres días que dura el evento, Madrid se convertirá en un baile de estrellas, en lo que al mundo digital se refiere. La inauguración corrió a cargo de Tim O’Reilly, el inventor del concepto «web 2.0», que pintó un escenario para la «web 3.0» comparable al de la Inteligencia Artificial. O’Reilly hizo especial hincapié en SIRI, el nuevo sistema comercializado por Apple que permite al usuario mantener conversaciones con el terminal, del tipo «¿Me hará falta un paraguas hoy?», o «Manda un mensaje a Francisco y dile que llegaré diez minutos tarde».  También mencionó el coche de conducción automática de Google y otros dispositivos, como móviles con sensores de constantes vitales, que nos pueden ayudar a imaginar las potencialidades de un mundo absolutamente conectado.

FICOD ha crecido exponencialmente en relevancia desde su origen y por él desfilarán, en esta edición, Erik Schultink, Jefe de Tecnología de Tuenti, Thom Brenner, Vicepresidente de Aplicaciones de Nokia, o Francisco Sierra, Director de Contenidos de Antena 3, entre otros.

Las ponencias pueden seguirse a través de su webtv.

 

Contacto: Jesús Hernández

Entrevista en audio a Jesús Hernández, Director de la Oficina Media Desk Spain, encargada de asesorar, ofrecer información y asistir a los profesionales del Cine, la Televisión, las Nuevas Tecnologías y en general el sector audiovisual en relación al Programa MEDIA de la Unión Europea.

El programa MEDIA constituye la gran ayuda europea al Cine. Prácticamente todas las grandes producciones cinematográficas europeas cuentan de un modo u otro con la participación del Programa y su trayectoria abarca ya dos décadas en el tiempo.

En esta entrevista, Jesús Hernández no sólo nos habla de MEDIA, sino también del Cine español, el europeo y el estadounidense y abordamos temas como el modelo de cine subvencionado frente al modelo íntegramente privado, el cine de autor frente al cine espectáculo, la situación actual del sector audiovisual y el papel de las televisiones autonómicas.

Theroux el bravo

Con su cara de mosquita muerta y su enjuta condición física, Louis Theroux no suscita ningún miedo. Quizás compasión, simpatía o -como mucho- ternura, pero miedo no, de ninguna manera. No obstante, cuando empieza a lanzar preguntas, todo el mundo se pone en guardia.

Theroux, por si no lo conocen, es un periodista de la BBC que siempre acaba metiéndose en algún fregado. Graba documentales por todo el mundo en busca de respuestas a cuestiones que podrían parecer obvias pero que, según dónde se planteen, llegan a producir escaras. Por ejemplo, cuando un fundamentalista religioso exhibe una pancarta con la fotografía de la Princesa Diana de Gales, en la que se lee «Puta Real en el Infierno», Theroux pregunta: «¿No crees que eso es un poco ofensivo?.

El tipo de periodismo que practica Theroux ha venido en denominarse «Periodismo Gonzo», aunque quizás este término le reste dignidad a la práctica. La característica del género es su no propensión a la objetividad periodística (porque no la reconoce), sino a una subjetividad honesta. Por ese motivo, en los documentales de Theroux, todo lo que se narra, se narra a través de sus ojos. A él le suceden las cosas, él es la noticia y todo lo demás está alrededor. Sus gestos, sus tropiezos, sus carreras, son la esencia del documental.

Se trata de un periodismo muy ameno y valioso. Ameno porque se basa en el esquema clásico del «pez fuera del agua»: Theroux intentando desenvolverse en ambientes extraños para él; los nativos intentando guiarle en sus complejos códigos de conducta…

Valioso porque la «Observación participante» (término mucho más noble para el trabajo de Theroux) es una técnica reconocida en la Antropología Social y Cultural y arraigada en la Sociología del Conocimiento, que proporciona no sólo información acerca de la cultura objeto de estudio, sino también -y muy especialmente- acerca del proceso mismo de enculturación. Es investigación pura.

Ley y desorden en Lagos

Theroux, además, es un valiente. Pregunta lo que debe preguntar, a quien debe preguntarlo y cuando debe preguntarlo. Y si la respuesta no es satisfactoria, vuelve a preguntar. Y no crean que los lugares que visita son centros de recreo.

Una de sus series, por ejemplo, se llama «Ley y desorden en…» En el capítulo que dedica a Lagos (Nigeria), se granjea la enemistad tanto de las Fuerzas oficiales [del desorden], como de las Fuerzas oficiosas. Paramilitares y mafia en Nigeria contra Louis Theroux, ahí es nada. Y él tan campante.

Pregunta a los comerciantes callejeros si son extorsionados de algún modo, y lo hace en presencia del extorsionador. Y ellos: «No, no, de ningún modo, no, qué va, ¿extorsión? ¿qué es eso?…». Le pregunta al extorsionador, al virrey local, que cuáles son sus funciones, que qué hace por el pueblo al que extorsiona. Al mafioso le falta silbar, nada más, para evitar la pregunta, tal es su entusiasmo. Y Theroux es lo suficientemente hábil como para ser guiado y escoltado por ellos.

Sin duda, vale la pena acercarse al trabajo de este carismático personaje. En un mundo en que los periodistas mueren cada día simplemente por acudir, que uno vuelva a casa ileso, tantas veces, merece ser celebrado.

Web oficial

CULTUR.AS: Slumdog Millionaire

Cultur.as es un espacio diario en la Televisión del Principado de Asturias que ofrece información sobre la actividad artística en la región. De la mano de sus protagonistas, esta serie de 200 reportajes navega por la pintura, el teatro, el cine, la música, la literatura, el cómic, la escultura, la fotografía y cualquier otra manifestación artística producida o exhibida en la región. Cultur.as nos acerca a sus artífices, a sus maneras de trabajar, a sus inquietudes; nos pasea por los principales foros del Arte en Asturias; promueve el ocio activo y sirve de escaparate para una amplia población artística que no siempre encuentra réplica a sus obras en los medios de comunicación.

Slumdog Millionaire

Aclamada tanto por el público como por la crítica, Slumdog Millionaire se adentra en la vida de un muchacho indio de clase media a partir de los recuerdos de su infancia, que le asaltan durante su participación en el popular concurso «¿Quiere ser millonario?».

Retrato de una India golpeada por la pobreza, por las luchas de clases y por la delincuencia, Slumdog Millionaire constituye un poderoso documento etnográfico el cual, además, consigue la complicidad y la diversión del espectador.

La película está rodada al mejor estilo Bollywoodiense e incorpora música de algunos de los más renombrados compositores del país.

http://www.imdb.com/title/tt1010048/

 

Smart TV

La televisión sigue evolucionando y el destino parece claro: integrarla en Internet. Los fabricantes más importantes de televisores se han puesto de acuerdo y el resultado es «Smart TV», un completo centro de entretenimiento para nuestro salón, desde el que podamos acceder a un infinito número de aplicaciones online.

Un entorno único para todos los televisores, con independencia del fabricante, garantiza un manejo similar en todos los casos y por tanto una experiencia de usuario más sencilla. Los programadores podrán realizar sus aportaciones y el usuario tendrá la posibilidad no sólo de ver los canales tradicionales, sino de alquilar películas, jugar, escuchar música y cualquier otra funcionalidad que los desarrolladores sean capaces de inventar. También incorpora un sistema de recomendaciones basado en las preferencias del usuario y la posibilidad de manejar el televisor desde nuestro teléfono móvil, a través de la red wifi.

Inicialmente, Smart TV sólo estará disponible en la gama alta de televisores Philips, Sharp, Loewe y LG, pero el mercado parece caminar en esa dirección y no tardaremos mucho en ver televisores de gama media que incorporen este sistema.

 

TPA en 16:9 y accesible

La Televisión del Principado de Asturias (TPA) comienza este lunes su nueva andadura. No se trata sólo de emitir en 16:9, formato panorámico y en stereo, sino que aspira a convertirse en una plataforma accesible también para discapacitados auditivos y visuales.

En muchos de los contenidos que emita TPA a partir de ahora será posible incrustar los correspondientes subtítulos, lo cual abate una barrera decisiva para los discapacitados auditivos y constituye también una ventaja para los amantes del cine en versión original, puesto que la cadena ya emite buena parte de sus películas en ambas versiones y desde ahora, será posible disfrutar de ellas en VOS.

Los discapacitados visuales podrán acceder a los contenidos mediante audiodescripciones que se incrustarán en la locución y se reproducirán, o no, a voluntad del usuario.

Estas medidas acuden en cumplimiento de lo dispuesto en el Real Decreto 1494/2007 sobre acceso de personas con discapacidad a las tecnologías y medios de comunicación.

http://www.boe.es/boe/dias/2007/11/21/pdfs/A47567-47572.pdf